El viernes 29 murio una de las personas que mas he amado, mi abuelo, afortunadamente, el 29 de marzo desaparece de nuestras vidas por 4 años, el dia de samaritana no lo vere igual desde ahora, independientemente de lo grato que resulta tomar tanta agua gratis ese dia. Es seguro que el ahora esta mejor sin dolores, sin medicamentos, sin sufrimiento y sin ese desgaste físico y emocional tanto de el, como de todos los que lo amamos.
Como sabran el dolor de una muerte, no hay mucho que decir que sea diferente a lo que cualquier persona dice o siente, asi que me enfoco en lo gracioso, un poco como medio de distracción y/u olvido:
Un borrachito nos hizo la noche del velorio, es ya cliente de la funeraria y estuvo ahí, “velando” a su amigo, que jura que fue su alumno en derecho, mmmmm aja, como no. Le tocaron los tacos, el pan el café, de todo y un buen lugar y calientito para pasar la noche.
Mi madre como siempre en su carácter de hermana mayor y mandona como deben ser las hermanas mayores, decidió que la corona que llevaron, no era para mi abuelo, era de la otra capilla y ordeno que se la llevaran, 10 minutos después mi hermano se convirtió en ladron de coronas regresando con la corona y escondiéndose de la viuda y familiares de la otra capilla.
Y hablando de nuevas profesiones, ya que tenemos un nuevo ladron en la familia también tenemos una nueva profanadora de tumbas, esa soy yo. Al depositar las cenizas en la sacristía de Sn. Felipe Neri, había 2 hoyos en el piso, porque uno ya tenia unas cenizas dentro, pero no tenia inscripción, abrieron otro “por si las dudas” y cuando quise pasar a tirar tierra en el hoyo, me cai con mucho estilo sobre las cenizas de X. De esas cosas que solo me suceden a mi y a otros cuantos afortunados en esta vida…
Conoci a muchos ex-alumnos de mi abuelo, de los cuales le quisiera agradecer al músico que llego a tocar, mi abuelo lo hubiera disfrutado mucho, siempre le gustaron las guitarras y se por seguro que al complacerme con la canción de mi viejo, el en mi lugar le hubiera dado $50, porque siempre daba 50, no mas, no menos.
Gracias a miguel que no intento decirme cosas que suenan cada vez mas cursis en la cabeza de uno, por simplemente estar, como siempre lo ha hecho. Gracias por las demostraciones de afecto y las buenas anécdotas que escuche de todos, los buenos comentarios de hijos, nietos, alumnos, compañeros, y los abrazos sinceros.
Le agradezco a dios haberme dejado ir el jueves a verlo y recibir la ultima sonrisa de complicidad que me dio, por dejarme cuidarlo a ratos y compartir con muchas personas lo agradable y bello que siempre fue mi abuelo. No existe mejor forma de despedir a Don Rafa con un aplauso, como termino todo.
Siempre te pienso, siempre te quiero, siempre te extraño. Tu primor.
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